Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


100109
Legislatura: 1886
Sesión: 5 de julio de 1886
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Elduayen, Marqués del Pazo de la Merced.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 33, 398-399.
Tema: Tratados de comercio.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Para devolver al Sr. Elduayen el regalo que me hace y que acepto con mucho gusto. Todo cuanto ha leído S.S. ha venido a corroborar la opinión que había yo emitido aquí, de no conceder a Inglaterra el trato de Nación más favorecida si no elevaba su escala alcohólica para nuestros vinos a 32 grados. Eso ha constituido siempre el fondo de mis cuestiones con Mr. Morier y con los Gobiernos ingleses; y tengo la seguridad de que si no hubiera venido el partido conservador y se hubiese contentado con los 30 grados, habríamos alcanzado los 32. Ahora no podemos, porque nos habéis quitado la fuerza moral para tratar en ese sentido con el Gobierno inglés.

No solo ha concedido el partido conservador lo que el partido liberal no quiso conceder jamás, sino que ofreció a Inglaterra, como ha visto el Senado, además del trato de Nación más favorecida, rebajar a los tres meses muchos de los artículos de nuestro arancel en favor de esa Potencia. ¿Qué significan esas frases de que ?procurarán los dos Gobiernos para abril cuando han de reunirse las dos Cámaras?, sino que por parte de Espala se procurará rebajar mucho el arancel, porque a Inglaterra le conviene, y por parte de Inglaterra se procurará subir la escala alcohólica, que yo quería que subiera a 32 grados, a cambio sólo del trato de Nación más favorecida? ¿Qué significa esto, en términos diplomáticos, más que estar preparado el convenio y estar definido el trato? Pues qué, ¿dos Gobiernos se comprometen para un mes dado sin haber hablado antes y sin haber tratado las bases del convenio?

Ya sé yo que no es compromiso definitivo, pero en las relaciones diplomáticas se establecen los convenios de manera tal, que puede siempre, por cualquier circunstancia, abandonar un Gobierno la negociación, hasta por rechazarla las Cámaras, porque al fin y al cabo los Gobiernos no pueden comprometerse ínterin las Cámaras no sancionen los tratados; pero desde el momento en que dos Naciones dicen que procurarán entenderse sobre estos arreglos para el mes de abril en que han de reunirse las Cámaras, claro está que hay algo hecho. De todas maneras resulta que no solo el partido conservador daba a Inglaterra únicamente por los 30 grados el trato de Nación más favorecida, sino que no teniendo Inglaterra bastante con eso, pidió más y a más se comprometió el Gobierno, pues por lo menos se obligó a tratar. Y yo pregunto ahora: ¿después del tiempo pasado podía a su advenimiento al Poder el partido liberal hacer menos de lo que había hecho el partido conservador con Inglaterra? ¿Pues no conoce el señor Elduayen que el partido liberal no tenía fuerza para sostener su primitiva posición diciendo a Inglaterra: ?mientras no me des los 32 grados en la escala alcohólica no te doy el trato de Nación más favorecida, porque perjudico a los intereses nacionales?? ¿Qué fuerza podía tener este argumento en el partido liberal, cuando el Gobierno inglés podía decirle: ?pues el partido conservador entiende que los intereses nacionales no se perjudican nada, porque se me conceda el trato de la Nación más favorecida, y además se ha obligado a tratar conmigo para darme mejor trato?? ¿Dónde está la fuerza que tiene el Gobierno liberal para tratar con el inglés?

Y por eso decía yo, y lo dije terminantemente en el discurso del cual S.S. ha entresacado los párrafos que ha tenido por conveniente: ?el mal no está en que hagáis eso, sino en que comprometéis al partido liberal para hacer esto y algo más con Inglaterra, porque nos quitáis la fuerza para tratar con aquel Gobierno?.

Pero hay otra cosa todavía: lo que nos asustaba más aún a nosotros y a los catalanes, era la amenaza de un nuevo tratado de comercio, hasta el punto de que no hay más que leer los discursos de los catalanes, que entonces se conformaban con el trato de la Nación más favorecida con tal que desapareciera la amenaza de un nuevo tratado de comercio. ¿Pues no recuerda S.S. los discursos de los catalanes de mayor importancia? Por consiguiente, resulta que, no solo le concedíais a Inglaterra lo que nosotros concedemos ahora, sino más, que era más perjudicial y más peligroso, según los mismos interesados. Ahí están los discursos de los catalanes, que se conformaban con tal que desapareciese la amenaza de un nuevo tratado de comercio, que era lo que a mí me asustaba también.

Por consiguiente, resulta que el Sr. Elduayen ha venido a corroborar todo cuanto yo había dicho; pero, francamente, al principio me sorprendí algo, porque vine aquí sin intención de tomar parte en el debate, sin haberme hecho cargo del expediente ni haber leído con detención ningún documento, y al ver a su señoría armado de todas armas con un pupitre todo lleno de papeles, dije: ?claro está que vencido seré yo?; y sin embargo, ahora resulta que soy el vencedor. Con los mismos documentos que ha leído y con las mismas armas que ha esgrimido, resulta que el vencido ha sido S.S.

Crean, pues, los Sres. Senadores, y hago esta declaración porque a mí no me duelen prendas ante Inglaterra, que si yo hubiera encontrado la cuestión intacta, no habría concedido a Inglaterra el trato de la Nación más favorecida sin los 32 grados. Pero yo me encontré la cuestión comenzada y concluida por el partido conservador, y no quiero ni puedo pasar ante la Nación inglesa por más reaccionario que el partido conservador, en eso ni en nada; pero además, como ya he dicho, me ha quitado la fuerza, porque no podía emplear con Inglaterra el argumento de decir: ?eso me lo concedían los conservadores y no lo quise?. Vosotros, pues, y nadie más que vosotros, tenéis la culpa de lo que pasa y no debíais votar en contra en manera alguna por esa razón; y respecto de los catalanes que estaban entonces dispuestos a conceder a Inglaterra el trato de Nación más favorecida, también debían votar con nosotros, si han de ser consecuentes; porque si el Gobierno fuera derrotado en esta cuestión, que no lo creo, nadie [398] habría de perder más que ellos, pues el tratado hay que hacerlo, el trato de Nación más favorecida hay que concedérselo, y vale más dárselo ahora, que no después de hechas las rebajas de la base 5ª. [399]



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL